Blog del autor Sergio Moreno

lunes, 26 de diciembre de 2016

DE SUSURROS, INSOMNIO Y TODO LO DEMÁS



Se acerca el final de este 2016 y quería aprovecharlo para hacer una nueva entrada en mi cada vez más abandonado blog -la falta de tiempo ha sido este año especialmente acusada- que sirva de reflexión acerca de todo lo que he vivido este año, y no ha sido poco.
Comenzó con la publicación en enero de "Susurros de sótano y desván", mi antología de relatos. ¿Qué puedo decir salvo que estoy muy contento con cómo ha funcionado? A nivel de críticas todo lo que me ha llegado ha sido positivo, en mayor o menor medida. Siendo como es una antología que da cabida a muchos estilos y diversa temática -pese a que esté enfocada más hacia el terror-, es cierto que ha generado opiniones dispares, sobre todo porque recoge textos más antiguos y otros más actuales, y tanto mi evolución como autor y el feeling que han despertado alguno de los relatos incluidos en ella me han servido para ver qué funciona, qué no y, sobre todo, qué es lo que a mí me gusta hacer cuando me siento a escribir cuentos cortos. Al otro lado, el relato que abre el libro, fue nominado por alguien que lo leyó a los premios Ignotus, de lo cuál me enteré al ver la lista de cuentos que optaban al premio. Para mí, que alguien se tomase la molestia de nominarlo, ya es suficiente satisfacción, así que fuese quien fuese, gracias. Curioso es también el caso de Hijo, mi relato favorito del libro. Curioso porque hay división de opiniones en cuanto a que unos lo ponen como lo mejor con mucha diferencia y otros piensan que es demasiado barroco para el conjunto. Por supuesto, es decisión de cada lector ver qué le gusta y qué no, y no seré yo quien les lleve la contraria. En cualquier caso, a un mes de su primer cumpleaños, es un libro que me ha dado muchas satisfacciones y del que he aprendido muchas cosas. ¿Y las ventas? Pues creo que vender, entre físico y digital, unos 70 ejemplares, es una cifra digna, sobre todo si tengo en cuenta que no me conoce nadie salvo amigos escritores con los que comparto espacio en Facebook y poco más. No tenía mayores expectativas salvo las de dar el primer paso de publicar algo en solitario y, de un modo discreto, darme a conocer, así que en ese sentido también estoy muy contento. Mención aparte merecen algunas de las conversaciones sobre él que he tenido con algunos de sus lectores, enriquecedoras como poco y muy, muy divertidas.



Ya en junio, vio la luz "Insomnio", otro paso en forma de novela que sigue dándome muchas alegrías en forma de reseñas positivas y que, para mi sorpresa, ha rebasado ya los 200 ejemplares vendidos, una cifra que no podía imaginar ni en mis mejores sueños. Seguro que a más de uno estos números les resultan dignos de una sonrisa irónica. No me importa. Ya he dicho en más ocasiones que el tema económico es el que menos me preocupa en mi faceta literaria, y sigue siendo así. Para mí es más importante el grado de satisfacción con el que acaban los lectores mis historias, y en ese sentido "Insomnio" también está cubriendo mis expectativas. Sobrepasándolas, si tengo en cuenta que, cronológicamente, es anterior a la mayoría de relatos recogidos en "Susurros" y el estilo de 2012 no es el que tengo a estas alturas. ¿Mejor, peor? Pues supongo que algo peor debería ser, sobre todo porque era la segunda novela que escribía y por aquella época aún no me había rodeado de toda la gente que hoy día está dispuesta a echarle un ojo a mis desvaríos para que sean mucho más profesionales, pero no parece que eso esté siendo un impedimento para que la gente esté disfrutándolo, lo cual me llena de satisfacción. Igual que me ha llenado el conocer, gracias a las presentaciones y actos diversos, a gente con la que solo había hablado por las redes sociales y con la que he compartido momentos inolvidables, como la Cylcon de Valladolid.


Espero que el 2017 me dé la oportunidad de llevar esto más arriba si cabe, porque si 2016 me ha visto publicar dos libros, este año que se nos echa encima promete traer bajo el brazo dos más, uno con Nowevolution en el primer semestre -espero poder empezar a hablaros de él muy pronto-, y otro con Apache Libros, ya en noviembre si todo va según lo esperado. Dos nuevas novelas que suman en total más de tres años de trabajo y que pronto estarán en las librerías gracias a la gente que me ha dado la oportunidad de mostrar qué es lo que se me pasa por la cabeza cuando me siento, ya de noche, frente al ordenador.
¿Y en cuanto a los concursos? Pues he de decir que no me he prodigado en exceso, pero resultar ganador por segundo año consecutivo del Día de Lovecraft en La Mano Fest, ser seleccionado para una nueva antología de Calabazas en el Trastero y publicar otro relato en la antología "Onírica: hijos de Iquelo" -buscadla en Lektu.com- tampoco ha sido un mal balance, sobre todo cuando estaba más centrado en acabar la novela que me traía entre manos.
Así pues, 2016 se va lleno de buenas experiencias -también ha habido alguna mala, pero nada que no se haya solucionado con un poco de distanciamiento- y la sensación de que he aprovechado bien el poco tiempo del que dispongo para escribir. Se va también con buenas noticias por parte de compañeros a los que admiro y que pronto publicarán sus trabajos y siguen llevándose premios como el Alberto Magno, lo cuál demuestra que sigue habiendo una cantera de gran calidad aparte de los nombres que todos conocemos y que esto no ha hecho más que empezar.
2017 está a la vuelta de la esquina y, entre muchas otras cosas, viene cargado de palabras.
Espero que sigáis dispuestos a leerlas.



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