Blog del autor Sergio Moreno

domingo, 14 de septiembre de 2014

CALABACINES EN EL ÁTICO: 2ª PARTE

Bien, pues siguiendo con el mismo procedimiento de anoche, retomo la lectura y opinión de la antología, que alguno ya hasta me metía prisa desde cierta web (qué impacientes somos los autores cuando algo nuestro ve la luz, jejeje, y me incluyo, por supuesto). Son las 23:21, y aquí vamos.

Inspiración, Nuria C. Botey: Un doctor haciendo horas extras y el autor más exitoso del Grand-Guignol son los protagonistas de este micro, en el que se nos narra la colaboración que llevan a cabo para dotar a las obras de un realismo inusitado, todo desde detrás de un espejo que nos permite observar sin ser vistos cómo los más bajos instintos humanos pueden ser, en ocasiones, la mejor inspiración para el arte. No olvidéis la libreta para tomar notas.

Juego de niños 3, Álvaro Morales Collazo: Una nueva interpretación del cuento de Hansel y Gretel llevado hasta el terreno de lo macabro. La imagen funciona a la perfección, pero quizá es demasiado breve en su desarrollo y no profundiza en las motivaciones de los protagonistas. Cien palabras más hubiesen conseguido, quizá, que el final hubiese sido aún más estremecedor.

L'enfant terrible, Rubén Giráldez González: Un nuevo niño, motivado de igual modo por sus padres, nos enseña que lo que ve en casa es lo que él cree correcto, y ante semejante panorama familiar, no puede sino llevarnos de la mano a unos juegos que horrorizarían al más pintado. Quizá demasiado explícito en su planteamiento, pero igualmente atractivo. Eso sí (y esto es MI opinión, por supuesto), me sobra la pregunta final. Ya me la había hecho con la frase anterior.

La vieja gloria, Ángeles Mora: Una hermosa metáfora que te susurra al oído como un mecanismo perfectamente engrasado. La ambientación, la prosa, esa atmósfera teatral tan conseguida... Me ha encantado. Casi podía oler el polvo de aquel pasillo y escuchar los lejanos aplausos. Uno bien sonoro para tí, Ángeles.

La buena cocina, Leonardo Dolengiewich: Más humor negro para una escena tan directa como breve. Su fin no es otro que el de hacerte sonreír al terminar, y lo consigue con sólo 48 palabras. En ese sentido, chapó. Pero creo que si alguno de los demás micros ya se alejaba del tema central de la antología, este se sale demasiado por la tangente. No me ha sugerido en ningún momento un Grand Guignol.    

Libreto del bosque mudo, Sergi G. Oset: Y como si me hubiese leído la mente (y ya van dos cosas curiosas con esta antología), el autor de este texto nos sitúa justo en la platea de un espectáculo tan psicodélico como sombrío. Dividida en 3 actos, la función es un paseo a paso de viejo por el bosque que da título al micro. Bellas imágenes de muerte, y algunas muy originales. Me he imaginado a ese perro, y te aseguro que no era agradable. Me ha gustado mucho.

Madre ausente, Fernando López Guisado: Maravilloso. Una pieza de pura poesía que se te clava en el alma como un anzuelo oxidado. La disposición de cada palabra es perfecta; el imaginario, triste y embriagador. Otra de las pequeñas joyas de esta antología. Enhorabuena, Fernando.

Son las 00:01... ¿Llegaremos hasta el final?

Matrícula de horror, Manuel Osuna: La libertad creativa de unos niños llevada hasta el extremo de lo macabro. Bien narrado, con un estilo directo pero no exento de detalles, mezcla muy acertadamente el concepto del Grand Guignol con la escena que representan los infantes. Como curiosidad, y ya que se menciona en el relato, ¿sabíais que el éxito de una de estas obras solía medirse por el número de desmayos de la sala? Me ha gustado ese detalle concreto. En mi opnión, le da un espaldarazo de realidad al texto. Por contra, no me ha gustado el que hace referencia al título. Creo que de haberse resuelto sin esa frase concreta, el poso que deja en tu cabeza tras leerlo sería más perturbador.

Matrioska, Raúl Gómez Lozano: Una obra de teatro tan grotesca como irónica nos traslada a un contexto muy cercano... y nos horroriza al desfigurar la palabra que da título al  texto hasta límites inimaginables. La imagen aún perdura en mi cabeza, y creo que va a tardar en desaparecer. Muy bueno.

Navidades Macabras, Virginia S. V. Riesco: Un micro sumamente original que nos presenta una Navidad alternativa en un mundo donde el papel de regalo ha perdido toda función. No os estropeo la sorpresa, porque el texto merece ser leído sin ideas preconcebidas. Este también me ha gustado mucho.

Nino, Jesús Ayuso: Ya echaba yo en falta alguna marioneta en este Grand Guignol. El autor nos la presenta como muda conocedora de un secreto que su dueño, cuya dualidad está muy bien plasmada, se esfuerza en esconder. Quizá ese secreto resulta un poco manido, pero la calidad de la narración es excelente y toda la historia supura ese miasma insano de los teatrillos viejos y cubiertos por el polvo. Muy notable.

Placer, sentido, culpa complacencia, desidia, Pablo Loperena: Vale. Tras leer tres veces este micro de macrotítulo, por fin le he encontrado sentido y puedo afirmar que, a riesgo de lo que venga detrás, estoy ante el texto más original de todos los leídos hasta el momento. Una doble lectura que se va complementando en sus imágenes como un cubo de Rubik y te hace preguntarte en qué mundo vivía el autor cuando escribió semejante locura. Me ha encantado. Hace trampas, pero te da igual, porque son magistrales. Como único pero (y siendo jodidamente quisquilloso una vez más), roza de forma casi subliminal el tema de la antología. Y aún así, chapó.

Son las 00:46... ¿Un último esfuerzo?

Prevención, Javier Jimeno: La primera frase es muy potente, y logra captar tu atención. El sentimiento de culpa del protagonista está muy logrado, y pese a que la escena es un recurso demasiado típico del terror, lo cierto es que logra tener la suficiente personalidad como para resultar fresco. Como punto negativo, creo que hay un exceso de frases empezadas por "No..." (No puedo, no quiero, no dejo...) y eso hace que en un texto tan corto, tienda a resultar un tanto repetitivo.

Resurrección, Julián Sánchez Caramazana: Y puñetazo en la boca del estómago. La visión que a estas horas de la madrugada me han provocado estas 8 líneas es difícil de describir. Se me mezcla todo: la sangre, los hilos, esos lloros que no están sobre las letras y yo sin embargo oigo... Lenguaje directo, cortante. Efecto: tratar de calmar a mi imaginación. Muy bueno.

Rodaje, Ricardo Cortés Pape: A veces la realidad parece una mala obra de teatro, ¿verdad? Eso es lo que parece pensar el protagonista de esta historia mientras a su alrededor danzan los actores. Muy original (y ya van unos cuantos, qué buen balance), logra hacer que pienses una cosa para cuatro párrafos más tarde desmontar tus conjeturas. La escena es sobrecogedora.

Y, sintiéndolo mucho, me voy a la cama. Mañana acabaré con los pocos textos que me quedan y daré mis opiniones finales sobre la antología, no sin antes reitarme en el buen nivel mantenido por todos los autores leídos hasta el momento. Por mis gustos personales ha habido unos con los que he conectado más, pero eso no significa que los textos menos elogiados estén mal. Los apuntes son opiniones mías, y no debéis tomarlos como algo malo, porque cada uno tenemos nuestros gustos, y al final se trata de eso: gustos. Y no todos coinciden, por supuesto.
¡¡Buenas noches!!

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